Cuando llevas unas cuantas presentaciones a cuestas, después de dos publicaciones y siendo Las mariposas también vuelan el tercer libro que ve la luz, te preguntas si habrá gente, si no estarán cansados de ti, de escucharte, de desplazarse para asistir al evento. No me queda otra que pedir disculpas por atreverme siquiera a formular este pensamiento. Una vez más, amigos y lectores me demostraron ayer que su fidelidad está por encima de pereza, frío, calor, lluvia, de cualquier eventualidad que no sea un imprevisto insalvable.
En la biblioteca Manuel de Pedrolo (Sant Pere de Ribes), hice la presentación de mi nueva novela junto al director editorial de Ediciones Oblicuas, Alberto Trinidad. Comenzamos después de los cinco minutos de cortesía con la bienvenida de Laia Beltrán, directora de la biblioteca, una introducción de Alberto y acto seguido, mi intervención.
Siempre tengo la impresión de que me faltarán palabras, de que me será difícil expresar lo que quiero, pienso y siento, pero finalmente, siempre consigo llegar a mi gente, tender ese puente de comunicación y emociones que hace posible el intercambio de sensaciones, de vivencias, ese pálpito que va y viene por la sala en un cálido recorrido. Es cuestión de dejarse llevar. Ni chuletas ni discursos prefabricados. Solo un papel con cinco palabras para no olvidar lo esencial.
Además, algo que no suele ser muy habitual, varios asistentes formularon preguntas que dinamizaron el acto. Me encanta que el público participe, mucho más que ponerme ante el micro y estar hablando durante unos cuantos minutos.
Ahora solo queda que quienes compraron un ejemplar del libro lo lean y me devuelvan su experiencia, sus sentimientos, su crítica, todo aquello que me ayuda a crecer como persona y como escritora.
Por último os comento que recibí un fabuloso ramo de rosas anónimo antes de empezar. Un hermoso detalle lleno de misterio del que nunca había sido depositaria.
Gracias a todos por estar ahí, por vuestra asistencia, por vuestra ausencia forzada debido a circunstancias ajenas a vuestra voluntad. Gracias a la biblioteca y a la sección de Cultura del Ayuntamiento por poner la sala polivalente a mi disposición. Gracias por las flores, seas quien seas.