Llegó y pasó otra presentación de Las mariposas también vuelan el jueves 26 en la biblioteca Gòtic Andreu Nin, ubicada en La Rambla de Barcelona, ya casi con olor a mar si no fuera por el humo de los coches, aunque bien es cierto que no había demasiado tráfico.
No sé decir cuántos asistentes acudieron, pero, según Mercè, la directora, y Alberto Trinidad, director editorial de Ediciones Oblicuas, pocas veces habían visto la sala tan llena. Y ello pese al frío y el fútbol
He de reconocer que no me sentí muy locuaz, por más que el público discrepe. La falta de micrófono me cansó la voz y el hecho de que no hubiera puerta, o no la cerraran, y estuviera escuchando constantemente una especie de chirrido que no se si procedía de bisagras oxidadas o de algún otro mecanismo, me distraía.
Sin embargo, después de mi disertación, hubo una buena participación del público, y esto es realmente lo que me llena y hace de estos encuentros acontecimientos muy valorados por mí. Personas que ya habían leído o estaban a medio leer la novela aportaron su valioso grano de arena destacando sensaciones, características de la descripción de espacios y personajes, incluso del tipo de lenguaje que, aun siendo yo la escritora, me sorprendieron, lo cual me ratifica en la impresión de que mi forma de escribir es a menudo tan de dentro, tan intuitiva, tan poco encasillada, que no me doy cuenta de según qué elementos hasta que me los hacen ver desde fuera. Y esto para mí es de un gran valor, junto con el cúmulo de sensaciones y sentimientos que despiertan mis libros en los lectores.
Mi agradecimiento a todos los asistentes, a Alberto una vez más, y por supuesto a la biblioteca, por cedernos su tiempo y su espacio.