Inesia de Argonia (precuela)

La Torre Roja se alza en lo alto de un cerro sin pretensiones, suficiente para elevarse sobre el río. No necesita más para intimidar al forastero, así como a quienes habitan bajo su influencia. La piedra bermeja con la que la construyeron habla de la sangre derramada por los canteros, del sufrimiento de las gentes a las que domina con su sola presencia.

Cuando me escapé por primera vez, ávida de aventuras, su sombra helada y ominosa emborronaba la calzada como si una mano gigante esparciera polvo de carbón para pintarla. Tenía doce años. Llegué a traspasar la poterna de caballerías. Nada más pisar la calzada, un gorrión cayó muerto a mis pies ensartado por un carámbano proveniente de ninguna parte. No sé si mis manos se mojaron por la flecha de hielo al deshacerse o por las primeras lágrimas con las que comencé a abonar mi rebeldía.

Autor: Marta Estrada Galán
Dicen que algunos niños nacen con un pan bajo el brazo. Yo asomé al mundo con un libro y un cuaderno, solo que no me enteré hasta que a los once años comencé a devorar novelas y a escribir historias como si no hubiera un ayer en que también podría haberlo hecho. Luego llegó eso que llamamos vida, donde entre lectura y lectura, me convertí en lo que soy: escritora, aficionada a los paseos, a mantenerme en forma, al canto y al radioteatro, integrante de un coro y madre a tiempo total. Convivo con mis dos hijos, mi gata Nara y mis amigos que, aunque en la distancia, siempre están a mi lado.

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