Futura maquinista (entrevista)

Presentación

Conocí a Ana en el desarrollo de un curso sobre intervenciones asistidas con animales. Era una de mis profesoras y además, mi voz en off puesto que se ocupaba de describirme todo lo que se veía en los vídeos que nos mostraban para ilustrar las clases. Ahora espero que la maquinista de uno de los trenes que en un futuro muy próximo me lleve a cualquier parte sea ella. Si tenéis alguna pregunta para Ana, me la podéis hacer llegar al correo o dejarla en forma de comentario.

¿Cuándo situarías tu primer acercamiento al mundo ferroviario? ¿Te gustaba jugar con trenes cuando eras niña o más bien verlos?

Pues realmente mi primer acercamiento fue desde que nací. Soy hija de ferroviario, así que desde que tengo uso de razón los trenes han estado en mi vida. Tengo fotografías de pequeña montada en ellos, haciendo que conducía, y he vivido los distintos tipos de vehículos y modalidades de trabajo que hay dentro del sector. Aunque para serte sincera, nunca me llamó la atención ni me gustó.

¿Qué sentías cuando veías pasar un tren ante tus ojos?

Creo que al tenerlo tan integrado en mi vida lo veía como algo normal. No me sorprendía, ni me emocionaba. La gente de mi entorno y siendo más mayor, a mis amistades, les llamaba la atención que mi padre fuese maquinista, y me preguntaban y les generaba mucha curiosidad. Para mí, era algo totalmente normalizado.

¿Te parecía que era algo inalcanzable?

Creo que inalcanzable no es la palabra… Porque creo que cuando nos proponemos algo, una parte de nosotros sabe que hay opciones de conseguirlo si te esfuerzas, los imposibles los dejamos sólo para fantasear. Sabía que iba a ser una etapa dura, de mucho esfuerzo, mucho estudio, sacrificios y constancia. Pero tenía claro cuál era mi objetivo y sólo había una opción para mí. Aprobar y convertirme en maquinista.

Tú trabajabas en intervenciones asistidas con animales. ¿Qué fue lo que te hizo renunciar a ello y ponerte a estudiar para las oposiciones a maquinista?

Pues siendo realistas, cambié de rumbo por la estabilidad económica y laboral. Para mí el trabajo en el sector social y de la salud, y en concreto las intervenciones asistidas con animales, es algo muy vocacional, que disfruto y que siempre diré que para mí es el mejor trabajo del mundo. Pero son profesiones muy ligadas a proyectos, lo cual conlleva una temporalidad, no hay nada seguro, dependes de ayudas, de clientes individuales, cada vez hay más competencia en el sector… Y la vida, queramos o no, se guía por lo económico, y por mucho que algo te encante tienes que pensar a futuro, en tu estabilidad profesional y en tener cierto colchón económico que te permita hacer frente a las adversidades, que por muy optimistas que seamos, siempre están ahí. Para mí era difícil encontrar eso en esta profesión. No obstante, una vez tenga la estabilidad que busco en mi vida, seguiré vinculada a ello, pues es algo que me apasiona y me encantará seguir compartiendo como parte de mi vida. Un trabajo me dará de comer, el otro será mi nuevo hobbie.

Cuéntame cómo ha sido esa etapa.

Ha sido una etapa muy DURA, en mayúsculas. Emocionalmente para mí fue muy difícil este giro laboral. No dejaba de ser alguien que estaba renunciando a algo que le encantaba y con lo que disfrutaba, para ser una trabajadora más en una profesión, que de primeras, no le llamaba la atención. Si es cierto que, yo en mi vida y en todos los trabajos que he tenido, he intentado disfrutar de lo que hago, al final lo hará siempre más llevadero. Y he aprendido a valorar la profesión de maquinista y a quererla un poquito.

Pero sin duda la voy a recordar como una etapa emocionalmente difícil. No solo por el esfuerzo que me ha supuesto, sino porque han sido dos años complicados, con una pandemia de por medio, una ruptura sentimental y la pérdida de uno de mis perros.

Creo que todo ello hace que me sienta aún más orgullosa de lo conseguido, puesto que ha sido un reto en todos los sentidos. Pero sin duda, ser maquinista es una carrera de fondo. Hay que estudiar mucho, no recuerdo haber estudiado tanto en mi vida. Todo son conceptos nuevos, lenguaje ferroviario, motor y frenado, que para alguien que viene de letras suponía un reto total de entender.

He dejado de lado mi vida social durante este tiempo, me he centrado en estudiar y estudiar y más estudiar. Tenía clara la meta, y una vez conseguida podría volver a ello.

He contado siempre con el apoyo de mi familia, tanto moral como económico, lo cual ha facilitado todo mucho, pues es algo incompatible con estar trabajando a la vez. He tenido a mi lado a mis amistades que han sido siempre comprensivas, que me han apoyado desde que les conté: “me voy a hacer maquinista” y flipaban con ello y me decían “adelante, si alguien puede conseguirlo eres tú”. Han entendido que no pudiese verlos tanto como me gustaría, que hubiese semanas que estaba desaparecida estudiando o con agobios. Tú misma has vivido conmigo esa parte en la que emocionalmente no estaba para nada ni nadie. También he descubierto gente nueva en este proceso, mis compis de curso que han sido compañeros de batalla, de risas y lloros en primera línea, y gente que estaba en mi vida pasando desapercibida y han demostrado ser una parte importante y un apoyo desde la sombra.

Ahora, visto desde la perspectiva de haber conseguido el paso más difícil; aprobar el examen para obtener la licencia de maquinista, lo veo todo como una enseñanza, y un recordatorio de “eres más fuerte de lo que crees, y si te lo propones lo vas a conseguir”. Y sin duda me ha hecho ver quienes han estado siempre a mi lado y estarán tome el rumbo que tome. La de gente que cree en mí, que me valora y que me empujan cuando la cosa se pone difícil. No es una etapa que me gustaría repetir, no nos vamos a engañar, no volvería a ella ¡ni loca! Pero sí que le voy a guardar un cariño especial por todo lo que me ha aportado.

¿Te parece que es un entorno muy masculinizado? Dime qué sensaciones has tenido al respecto.

Sin duda. Es un sector eminentemente masculino. Es cierto que cada vez somos más las mujeres las que entramos al sector, pero el porcentaje mayor es de hombres.

En cuanto a sensaciones… Pues en general se sorprenden cuando en una convocatoria hay muchas chicas, como fue en mi curso, que éramos 15 de 75 personas, y además el perfil suele ser joven. Porque sigue sin ser lo habitual. No es un sector que nos llame la atención, que le vamos a hacer…

Todavía hay alguno que se muestra reticente, sobre todo los más mayores. Y otros lo reciben con los brazos abiertos y no ser “todo tíos” como dicen. Como algo curioso, muchos maquinistas me han dicho que por norma general, las mujeres somos buenas maquinistas. Pero es inevitable que aún, en los cuartos de descanso, en medio de alguna conversación entre ellos revisen si hay chicas para hacer según que comentarios, por no ofender, acostumbrados a ser todo hombres, se cortan de hablar ciertas cosas en presencia de mujeres. Otros te hacen enseguida partícipes y bromean contigo. Al final me he sentido una más durante las prácticas, y sé que al fin y al cabo es un poco la falta de costumbre, pero me han mimado como la que más y todos me han tratado estupendamente.

¿Has tenido algún problema en ese sentido? ¿Has percibido algún tipo de rechazo o menosprecio?

Para nada. Me he sentido muy integrada. También he tenido suerte de toparme con maquinistas muy majos, que les encantaba enseñar, y yo que hablo por los codos y soy una preguntona, no les faltaba conversación conmigo, con lo cual se hacía muy ameno. He estado a gusto y me han tratado como una más.

¿Qué porcentaje de mujeres maquinistas hay en la empresa?

No sé exactamente el porcentaje. Pero calculo que será un 15% o menos.

Cuéntame alguna anécdota.

Algo que desde que empecé las prácticas me llamaba mucho la atención es la cantidad de gente que acude a estaciones o puentes a ver circular los trenes, fotografiarlos y grabarlos. Incluso muchos te saludan esperando que les devuelvas el saludo con el silbato del tren. Lo que más ilusión me hacía es, cuando había peques con sus familias en algún andén, que te saludaban y tu además de decirles “hola” con la mano, tocabas el silbato e inmediatamente sonreían. Creo que es de los mejores recuerdos que tengo.

Luego hay escenas graciosas como llegar a final de destino con el tren, que haya alguien dormido y tener que despertarle despacio para avisar y no llevártelo de vuelta… A más de uno nos lo hemos llevado de “excursión” los fines de semana con alguna copa de más.

¿Qué sientes cuando te ves a los mandos de un tren a más de 200 km por hora?

La primera emoción sin duda la responsabilidad. Vas a mucha velocidad con mucha gente detrás. Con lo cual vas con los sentidos activados por mil. Hay cierta sensación de emoción de “jo, es que soy yo quien lo va conduciendo”. Y la satisfacción de llevar a la gente a sus destinos, lo mejor posible y en hora.

¿Existe mucha diferencia entre un cercanías y un tren de largo recorrido o de alta velocidad?

Muchísima. Primero el tema de horarios. En cercanías es complicado llevar los trenes a la hora. En especial en hora punta, ya que van muy seguidos, tienen que respetar unas distancias entre ellos y además los tiempos de subida y bajada de viajeros se alargan en muchas estaciones, en especial las principales como Atocha y Chamartín. A lo mejor se prevén paradas de dos minutos para subir y bajar, pero la gente tarda cinco… pues ya no vas a la hora. También es más habitual que ocurran incidencias, no siempre relacionadas con el tren, sino con la infraestructura, pero que producen retrasos.

Los vehículos son muy diferentes, el funcionamiento varía de unos a otros y las velocidades alcanzadas también. En mi caso he practicado tanto con vehículos eléctricos como con diésel, y también se notan diferencias en la conducción.

Por otro lado la imagen que se tiene del maquinista. Yo que he podido hacer prácticas en los tres ámbitos; Cercanías, Media Distancia y Alta Velocidad, los viajeros no miran igual al maquinista de uno que de otro. También el perfil de viajero es muy diferente. Pero sin duda el menos querido es el de Cercanías, he podido vivir los insultos y las peinetas desde el andén por llegar con algo de retraso a una estación. Sin embargo en Alta Velocidad el maquinista está muy valorado y dispone siempre de la figura del Interventor o Supervisor, que gestiona las incidencias con los viajeros.

¿Dirías que es un sueño cumplido?

No un sueño de infancia, pero si un sueño de adulta. Poder cumplir un objetivo que te propones se puede decir que sí, que es un sueño cumplido.

Explícame cuál es la rutina de un viaje: los pasos previos, durante y la finalización.

Antes de iniciar cualquier trayecto lo principal es disponer de la documentación al respecto. Tipo de vehículo que vas a llevar, recorrido, horarios, velocidades de los tramos, limitaciones que existan de velocidad… Además de verificar, primero y más importante, que el tren frene, y que los dispositivos de seguridad de los que dispone funcionen correctamente para poder circular.

Durante el trayecto, mantenerte siempre atento de la señalización, de cualquier cosa rara que puedas percibir en las vías o sus alrededores, del buen funcionamiento del vehículo… Y al finalizar, si te hacen el relevo dar novedades de cómo ha ido el vehículo durante el trayecto, o si se queda apartado dejarlo en las condiciones previstas.

¿Puedes dar algunas pinceladas sobre lo que deberías hacer en caso de emergencia?

En primer lugar, avisar por la radiotelefonía al personal del Puesto de Mando que es quien gestiona un poco todo, por así decirlo. Y ellos procederán informando a quien competa.

Mantener la calma y seguir los protocolos para cada caso en particular, ya que cada empresa tiene su Sistema de Gestión de Seguridad, en el que incluye la forma de proceder y gestionar las diversas incidencias. En el caso de que le pase algo al maquinista, también hay un procedimiento, pero el tren dispone de un sistema de vigilancia, para que, en caso de ausencia de reconocimiento por parte del maquinista cada cierto tiempo, el tren se pare.

En los aviones hay piloto y copiloto, los camioneros han de descansar cada pocas horas. En un trayecto largo, ¿qué ocurre si tienes que ir al baño, por ejemplo? ¿Existe alguna figura de apoyo en los viajes que pueda sustituir al maquinista en un momento dado?

En el caso de los maquinistas, está estipulado un máximo de horas de conducción, así como de jornada laboral, que debe cumplirse y es responsabilidad tanto de la empresa como del maquinista el no superar esos tiempos máximos.

En caso de necesitar asistir al baño en mitad del trayecto, en general por causa de fuerza mayor, se puede solicitar hacer una parada extra para ello. Aunque siempre se intentará ir antes o al final de los trayectos. No hay personal extra en cabina que pueda suplirte. Antiguamente si viajaban dos maquinistas que se turnaban en la jornada por ser trayectos muy largos. Hoy en día, y por norma general, el maquinista viaja sólo o en ciertos tramos le acompaña un auxiliar, pero que no puede realizar sus funciones.

¿Qué opinión te merece la accesibilidad para personas con movilidad reducida en los trenes? ¿Crees que está bien enfocada? ¿Hay algún detalle que tú mejorarías?

Como alguien del sector social, veo muchos fallos en este sentido. En especial en Cercanías, son los vehículos menos adaptados, ya que actualmente sólo el vehículo Civia (465), tiene entradas accesibles para personas con movilidad reducida. Habría que hacer muchas mejoras, empezando por estaciones que no disponen de ascensor, andenes que por su altura quedan a mucha distancia del estribo del tren, trenes sin entradas adaptadas… Hay mucho por mejorar y por hacer.

¿Por qué a menudo no funciona la megafonía en los vagones? ¿A alguien se le olvida pulsar un botón? ¿Es un fallo técnico? ¿No es un protocolo entre tantos cuyo buen funcionamiento habría que comprobar en cada viaje?

Normalmente de los talleres no deben salir si no funciona correctamente. Pero a veces en el trayecto se producen averías, o el volumen está bajo y no nos damos cuenta, o distorsiona por algún problema con los altavoces… Pero ahí como maquinistas sólo podemos informar, o anunciar las paradas por megafonía interna si fuese necesario, pero no podemos arreglar gran cosa.

A mí me estresa pensar que el tren se irá ante mis narices por no haber podido encontrar el dispositivo de abrir puertas. ¿No podría ser que se abrieran automáticamente en cada estación?

Creo que en el caso de Cercanías no es viable que se abran de manera automática. En metro por ejemplo, cada línea, tiene los andenes siempre en el mismo lado, por lo que automatizar las puertas en un sentido de la circulación es sencillo. En el caso de los cercanías eso no es así… En cada estación el andén se encuentra en un lado diferente, son habituales los cambios de vía de entrada a algunas estaciones por si hay alguna incidencia o hay algún tren ocupándolo, y el “tráfico” ferroviario es mayor, en una misma vía hacia distintos destinos, con lo cual creo que no es viable hacerlo así.

Puesto que este es un blog enfocado a escribir vidas, a vivir historias y leerlas, ¿podrías contarnos si te gusta la lectura? Y en caso afirmativo, ¿algún libro que te haya marcado especialmente?

Un libro que me marcó muchísimo, tanto personal como laboralmente fue Un amigo como Henry. Es el primer libro que me hizo llorar. Y otro libro que también me gusta mucho es El curioso incidente del perro a medianoche, que me acercó un poquito más al ámbito laboral en el que yo quería trabajar.


Autor: Marta Estrada Galán
Dicen que algunos niños nacen con un pan bajo el brazo. Yo asomé al mundo con un libro y un cuaderno, solo que no me enteré hasta que a los once años comencé a devorar novelas y a escribir historias como si no hubiera un ayer en que también podría haberlo hecho. Luego llegó eso que llamamos vida, donde entre lectura y lectura, me convertí en lo que soy: escritora, aficionada a los paseos, a mantenerme en forma, al canto y al radioteatro, integrante de un coro y madre a tiempo total. Convivo con mis dos hijos, mi gata Nara y mis amigos que, aunque en la distancia, siempre están a mi lado.

Los lectores piensan

  1. Una entrevista muy interesante, con una persona aún más interesante. Quiero más contenido como este. Felicidades a Ana por conseguir su objetivo, espero poder subir en un tren conducido por ti. Que alegría que cada vez más mujeres se animen a ponerse a los mandos. Felicidades también, Marta, muy buenas preguntas.

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    • Gracias, Víctor. No soy periodista, así que mis preguntas en las entrevistas se basan exclusivamente en la curiosidad que me puedan despertar las personas o sus profesiones o actividades. De hecho, es como si estuviera tomando café y charlando con ellas en cualquier sobremesa entre amigos. Un abrazo.

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