Me miro en tus ojos y no entiendo.
El tiempo que pasamos encerrados
en agua de vida entrelazados,
tu ser y mi ser a la vez siendo.
Crecer y soñar sin distinciones,
la risa y el llanto compartiendo.
Tú viendo en mí, y yo en ti viendo,
reflejo entreverado de emociones.
No alcanzo a comprender, hermano mío,
si fuimos siempre en todo una persona,
por qué la realidad nos abandona,
haciendo de lo igual un desafío.
Por qué llevo en la piel azul de miedo
y siento mi trabajo devaluado.
Por qué tú te ufanas, realizado,
mientras por más que yo lucho, no puedo:
No puedo ni aun callando así lograr,
tu hombre y yo mujer, desconocidos,
oír ese latir que nos vio unidos,
sin lágrimas la igualdad recuperar.