Atendiendo la petición de Éric Duarte en su blog
voy a tratar de responderle.
Firma de libros
Es cierto que no tiene nada que ver una firma de un escritor famoso, apoyado por una gran editorial, que la de un nobel o la de un escritor independiente que lleva ya varios títulos publicados, pero que no forma parte del engranaje oficial movedor de masas.
He presentado todas mis novelas y he acudido a varios eventos del día del libro, sobre todo en mi entorno más cercano. Particularmente, siempre que alguien me pide que le dedique un libro, intento esmerarme escribiendo algo diferente para cada persona. Si la conozco, procuro reflejar un deseo para ella, hacerme eco de alguna circunstancia que sepa que está pasando, dejar constancia de alguna historia compartida o alguna situación vivida. Intento además, que la dedicatoria se relacione lo máximo posible con el título del libro en cuestión.
Si no conozco a la persona, aparte de preguntarle su nombre, procuro hacerme con alguna información que me dé pistas de lo que le podría poner. Es cierto que a veces es muy difícil personalizar y, solo en ese caso, sí tengo algunas frases en mente para escribir, sobre todo por no eternizarme pensando. Porque, y eso me ocurre cada vez más, si me detengo a pensar mientras escribo, puede que pierda el hilo y al no poder retomar en un vistazo lo que estaba poniendo, la líe parda.
En cuanto a las sinopsis, verdad es que algunas no le hacen justicia al libro, ni para bien ni para mal, y es un difícil ejercicio de síntesis donde hay que decir lo máximo diciendo lo mínimo.
Encuentros literarios
Lo único que puedo decir al respecto es que, siempre que he participado en alguno, me he enterado de cosas de mis propios libros de las que no era consciente. Los lectores hacen comentarios que ayudan a comprender que a menudo escribimos en automático, quiero decir, que vamos enlazando escenas por instinto sin darnos plena cuenta de lo que realmente implican y que, lejos de sobrar, esos lectores encuentran en ellas detalles que se nos habían pasado. Es muy enriquecedor.
Contacto por iniciativa del escritor
Digamos que aquí estoy del otro lado, y a mí los que suelen contactarme son los lectores. Puedo decir que, efectivamente, es muy gratificante saber que hay alguien al otro lado, saber qué piensan de tu libro, cómo lo han vivido, qué les ha aportado. He tenido correos muy emotivos y totalmente inesperados.
Por ello siempre pedimos que por favor, los lectores hagan el esfuerzo de dejar reseñas, de comentar. Cuando no es así, es como haber hecho llover sobre un desierto a setenta grados donde solo hay rocas y arena.
Hola Marta, muchas gracias por dedicar tiempo a escribir esta entrada. Aunque te respondí en los comentarios de la entrada que hice en mi blog, llevaba días queriéndome pasar por aquí para escribir algo.
Cuando releo tanto mi entrada como tu respuesta siempre siento que se me han pasado aspectos sobre los que quería extenderme. Por ejemplo entiendo que las firmas de libros y demás eventos pensados para el encuentro con los lectores fidelizados o los que puedan comprar el libro en el momento, puede ser una buena oportunidad del escritor para vender en papel lo que previamente había vendido en digital.
El porcentaje de ventas en este tipo de eventos imagino que dependerá siempre de cada escritor y de la afluencia de visitantes.
En tu caso al escribirlo en el momento, se le añade la dificultad que no puedes releer o corregir sobre la marcha. Entiendo que eso debe ser bastante complicado porque en este mismo comentario he reescrito ciertos párrafos, en otros he añadido las letras que no se han escrito a la primera con el teclado del portátil…
En fin, te reitero el agradecimiento por haberte tomado el tiempo para escribir esta entrada.
Hola, Éric. Gracias por pasarte a dejar tu comentario.
El problema de plasmar mis dedicatorias, que no sé si quedó muy claro, es que las escribo a mano con bolígrafo. Mi escritura es la de una niña de once años, que es cuando me quedé ciega y mi letra es redondilla (creo que se dice o decía así cuando no eran mayúsculas). Sorprendentemente, mis lectores todavía son capaces de leer lo que escribo, algo que me maravilla, pero algunas combinaciones de letras me resultan difíciles y a veces dudo de su forma. Cuando me pasa esto, se me va el santo al limbo de la caligrafía y puede ser que pierda el hilo o se me olvide qué había puesto hasta ese momento.
En cuanto al volumen de ventas, depende no solo de la afluencia de público sino también de lo conocido que seas o lo más o menos conocidos que sean los autores que haya a tu alrededor. Las portadas juegan asimismo un papel importante porque es lo primero que salta a la vista, y si no llaman la atención, difícilmente serán anzuelo de quienes pasean. Luego, en el ranking de llamar la atención, va el título y finalmente la sinopsis. Es un conjunto cuyos elementos hay que ir superando como en una carrera de obstáculos. Evidentemente, hablo de autores que no son vacas sagradas del mundo editorial o ganadores de premios literarios de solera que, todo hay que decirlo, no siempre son de lo mejor del mercado.
Y por último, creo que pocas veces se compra el libro en papel después de haberlo leído en digital. Eso solo lo hacen los amantísimos de estanterías con sus lecturas favoritas o los amigos y familiares muy amigos y muy familiares.
Un abrazo.
Felicidades Marta,
un buen libro para evadirse un poco. Acabo de comprarlo ahora mismo.
Esperando disfrutar de esta lectura, te deseo un Buen Año 2023, lleno de nuevas aventuras.
Un fuerte abrazo, guapa.
Hola, Monique. Supongo que querías dejar este comentario en la entrada de Para que no escapen las sonrisas, pero da igual, no pasa nada porque tus deseos y palabras igualmente me llegan. Muchas gracias por la oportunidad que le das al libro. También yo espero que disfrutes. Un abrazo.