Prescripción facultativa

Marisa puso patas arriba la habitación. Revolvió el armario, vació los cajones, escudriñó bajo la cama. En los libros tampoco halló nada.

Su respiración se aceleraba a medida que cosechaba fracasos, y los latidos martillaban como pesadillas aporreando una puerta.

Frenética, barajó la posibilidad de llamar a su psiquiatra, pero desistió. No quería parecer idiota; se acordaba bien de lo que el doctor le había prescrito:

—Tienes que encontrar los límites…

Temeraria, traspasó las fronteras de su cuarto y buscó por toda la casa. Sus jadeos llenaban el silencio convertidos en presencias ajenas.

De pronto, Marisa quedó paralizada. Acababa de recordar con exactitud cómo terminaba la frase del médico: «…dentro de ti misma».

Solo esperaba que no doliera demasiado.

Autor: Marta Estrada Galán
Dicen que algunos niños nacen con un pan bajo el brazo. Yo asomé al mundo con un libro y un cuaderno, solo que no me enteré hasta que a los once años comencé a devorar novelas y a escribir historias como si no hubiera un ayer en que también podría haberlo hecho. Luego llegó eso que llamamos vida, donde entre lectura y lectura, me convertí en lo que soy: escritora, aficionada a los paseos, a mantenerme en forma, al canto y al radioteatro, integrante de un coro y madre a tiempo total. Convivo con mis dos hijos, mi gata Nara y mis amigos que, aunque en la distancia, siempre están a mi lado.

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