Sobre Cuba. Mi experiencia en breves listados

Esta no es una entrada al uso sobre viajes. No voy a explicaros qué ver, dónde comer, qué visitar. Hay muchos y buenos blogs que se dedican a desarrollar ampliamente estos aspectos. Tampoco voy a colgar fotos ni audios. Mi única pretensión es enumeraros detalles y curiosidades que quizás no encontrariais en los mencionados sitios especializados en turismo, todos ellos adquiridos en mi paso de varios días por Cuba, principalmente La Habana y Cayo Santa María.

Lo haré a modo de listas a fin de que resulte una lectura ágil y entretenida. Y es importante que comptrendáis que voy a referiros lo que yo he vivido y lo que me han ido contando las personas con las que he hablado. Ello no significa que sea siempre así, que sea toda la verdad o que pase en todos sitios igual. Allá voy, pues.

Aeropuerto, aduanas (tanto ida como vuelta en La Habana):

  • Hay que quitarse todo, salvo ropa: colgantes, pulseras, cinturones, bolsillos vacíos.
  • También zapatos, del tipo que sea. No te dan nada para ponerte en los pies, así que si no llevas calcetines o similares, vas a pisar el suelo que pisan todos los pies sudados y descalzos.
  • Te hacen una foto del rostro, sin gafas.
  • Se quedaron todos los walkies que llevaban los acompañantes para una mejor comunicación y pese al salvoconducto, no los devolvieron a la vuelta.

Infraestructuras, transportes,automoción

  • Apenas hay vehículos privados. Solo un 10% de la población tiene coche.
  • Son habituales los vehículos de la década de los 50 y 60: cabrios, Chevrolet, sobre todo como taxis,muchos de ellos, descapotables.
  • El precio de la carrera de un taxi se establece antes de subirse. Tú dices adonde vas y se pacta el monto.
  • Los taxistas conducen como locos. Entre ellos, se saludan a bocinazos, que no sabes si van a chocar o a estrellarse de tanta estridencia claxonera. En los asientos traseros no hay cinturones.
  • Si en un coche caben seis bien apretujados pues seis que se meten, como sea.
  • Existen las bicitaxis: son un triciclo con un conductor pedaleante y dos pasajeros atrás, uno a cada lado.
  • También las motonetas: un conductor delante y tres pasajeros a cada lado, en hilera, uno detrás de otro.
  • Y los carretones de caballos.
  • Muchos cubanos se desplazan en bicicleta.
  • Es fácil adivinar por qué tienen tanta facilidad para el meneo de cintura y caderas: Los autocares y guaguas se balancean tantísimo que tras un viaje de varias horas sientes que eres un junco (y menos mal, hay que dar gracias a la suspensión blanda pues el nivel de baches es importante).
  • La carretera con puentes que une el continente (como dicen ellos) con cayo Santa María es un pedraplén

Animales varios

  • En el hotel del cayo fumigaban los jardines cada noche. Hay muchos mosquitos, pero no me picó ninguno. A otras personas sí, por tanto, interesante llevar repelente.
  • Hay ranas y sapos en la piscina, entrando y saliendo, y por la noche, su concierto es sinfónico, lo menos.
  • Por los lugares de paso de los jardines de ese hotel, podían verse caminando, dicen que centollos. Dejémoslo en cangrejos.
  • Pese a que había aves y pájaros varios, apenas se oían trinos. Me llamó mucho la atención.
  • Había vacas pastando en la mediana de la autopista
  • Apenas había moscas.

Moneda

  • La moneda nacional es el peso cubano.
  • La moneda de uso para el ciudadano es el CUC, peso cubano convertible.
  • El cubano tiene un sueldo de unos 500 pesos cubanos al mes, unos 25 CUC. Al cambio es un euro con unos pocos céntimos, 6, 8, según dónde cambies.
  • Con el peso cubano nacional solo pueden comprar medicamentos que, según dicen, son muy baratos. Para el resto, deben cambiar.
  • Muchos cubanos intentan trabajar en el sector turístico. Las propinas, aunque sea un CUC por aquí, 2 CUC por allá, les proporciona un sobresueldo vital.

Comunicaciones

  • En el primer hotel teníamos wifi gratis. Cada cliente contaba con un usuario y contraseña personales e intransferibles, larguísimos. Pero… cada vez que ponías el modo avión o se iba la luz, había que volver a introducirlos: no se guardaban.
  • En el segundo, un CUC, una hora. Lo mismo: usuario y contraseña distintos para cada cliente, y no se guardaban cuando desconectabas para no consumir.
  • El resto de opciones, ya según persona y operadora española o comprando tarjeta en destino, lo cual no era tampoco nada fácil de encontrar y creo que nadie lo intentó.
  • Había teléfono en las habitaciones. Incluso en el retrete, no sé bien por qué.

Comida y bebida

  • Lo más representativo que he comido es la ropa vieja, un plato muy completo hecho con arroz, varias hortalizas, carne (res, pollo, cordero) deshilachada a resultas del cocido previo. Me gustó, aunque dudo que lo que yo probé se parezca mucho a lo que puedan darte en una casa particular.
  • El picadillo cubano: un plato típico preparado con carne picada de res, patatas, cebolla, ajo, especias y no sé qué más ingredientes, muy rico.
  • Es muy frecuente que sirvan chips de boniato, y dicen boniato, no batata.
  • Por lo demás, en los bufets libres se podía encontrar lo habitual: pasta, arroces, embutidos (el jamón serrano muy rico, por cierto), verduras, ingredientes para ensaladas, carnes y pescados que te hacían a la plancha al momento, mariscos etcétera.
  • El mango, en temporada, julio y agosto, buenísimo, un manjar, exquisito.
  • A la papaya no se la debe llamar así porque con ese nombre se alude a la parte íntima de la mujer, privada, como nos dijeron. Se llama fruta bomba.
  • La piña colada, exquisita. En algunos sitios la hacían tan espesa que no subía por la pajita.
  • Las cervezas, Cristal o Bucanero, suaves. Yo no entiendo mucho, pero me gustaron bastante.
  • Pan de barra solo lo encontré un día. Por lo general, era de molde o bollito.
  • En muchos sitios, servían el café con un tronquito de caña de azúcar a modo de cucharita. Puedes meterlo en la taza y dejar que vaya disolviendo o usarla para remover el azúcar de sobre. También puedes chupar el azúcar hasta que dejas al descubierto el corazón que es estropajoso al estilo del palo de regaliz cuando lo chupas mucho.

Clima

  • Imprescindible crema con protección al menos de 50. Muchas personas se quemaron incluso así, pienso que por fiarse y no renovarla a menudo.
  • Casi cada día un copioso chaparrón. El agua no da sensación de cálida, es agradable.
  • Es bonito bañarse en una playa maravillosa y escuchar los truenos que se acercan y se alejan sin descargar rayos ni agua.
  • He pasado más calor aquí donde vivo que allí. Sí, el sol cae a plomo, a menudo la humedad es muy elevada, pero no sé por qué lo he soportado mucho mejor.
  • Anochece sobre las 20 horas y amanece sobre las 7. Algunas mañanas incluso tenía un poco de fresco.
  • Hay ventiladores de techo en casi todas partes y aire acondicionado en locales turísticos, zonas nobles de hoteles y habitaciones.

Comodidades

  • Un hotel de 5 estrellas allí no es como los de aquí, sino que ofrece lo que para ellos es lujo.
  • Los colchones son de muelles.
  • Hay cortina en las bañeras y no mamparas.
  • A veces el agua caliente no llega bien, o hay un hilillo de agua, pero nadie se queda sin ducharse, si quiere.
  • Hay secador y commodities básicos.
  • Nevera, televisión, incluso cafetera de filtro eléctrica con sus sobrecitos de café e infusiones.
  • Hay papel higiénico. Lo recalco porque en áreas de servicio y en otros muchos lugares no lo hay. Se puede comprar a las señoras que limpian los baños. Así que es aconsejable llevar clínex.
  • Los microcortes de luz son frecuentes, sobre todo en La Habana.
  • El mobiliario suele ser cómodo, pero eso sí, pesadísimo. A ver quién es el guapo que coge una silla para no arrastrarla. También los cubiertos pesan mucho.

Varios

  • Los cubanos son amables, serviciales y solidarios.
  • siempre hay música por las calles.
  • En algunas calles peatonales de La Habana, los bolardos para impedir el paso de vehículos son cañones incrustados boca abajo en el suelo.
  • Los precios para el turista son muy parecidos
    a los de cualquier lugar turístico en España.

Queda un apartado interesante, el tocante al modo de vida de los cubanos, a sus carencias, beneficios sociales, políticas de estado, etcétera que tocaré en otro post, siempre desde la perspectiva de lo que he visto y de lo que me han contado. También puede que actualice esta entrada con algo que se me haya quedado en el tintero. Si creéis que puedo satisfaceros alguna curiosidad o queréis que me explaye más en algún tema, podéis dejar un comentario. En la medida de mi conocimiento y de mis vivencias, intentaré responderos.

Autor: Marta Estrada Galán
Dicen que algunos niños nacen con un pan bajo el brazo. Yo asomé al mundo con un libro y un cuaderno, solo que no me enteré hasta que a los once años comencé a devorar novelas y a escribir historias como si no hubiera un ayer en que también podría haberlo hecho. Luego llegó eso que llamamos vida, donde entre lectura y lectura, me convertí en lo que soy: escritora, aficionada a los paseos, a mantenerme en forma, al canto y al radioteatro, integrante de un coro y madre a tiempo total. Convivo con mis dos hijos, mi gata Nara y mis amigos que, aunque en la distancia, siempre están a mi lado.

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